Lucas 14:34-35 “Buena es la sal; mas si la sal se hiciere
insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra ni para el muladar es útil;
la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.”
Este es un texto que nos es muy familiar de las Escrituras.
¡Lo conocemos muy bien! Tanto, que muchas veces lo leemos “a la ligera” por ser
así de conocido. En esta ocasión, Jesús está utilizando “la sal” como una
especie de ilustración. A lo largo de
toda la Biblia la sal es usada como símbolo en un sinnúmero de oportunidades, pero esta
vez Jesús pretende enseñar una gran verdad.
Primero te invito a que pienses en
las palabras que Él está diciendo. Y quiero que te imagines oírlas por primera
vez, como si fueras parte de aquel grupo de personas que están oyéndole al
Maestro en el camino.
Jesús dice:
Una sal sin sabor NO SIRVE.
Una sal sin sabor NO ES ÚTIL ni para la tierra.
Una sal sin sabor NI SIQUIERA SIRVE PARA EL MULADAR! El
muladar era un lugar, que generalmente estaba fuera de la ciudad, donde se
echaban los desperdicios y además la materia fecal humana y animal. ¡Una sal
sin sabor ni siquiera sirve para ese lugar! ¡Es inútil!
Si Jesús está enseñando una verdad, Él está usando palabras
muy duras! Creo que después de considerar esto ya no debiéramos leer este texto
“a la ligera”, sin cuidado, o de una manera casual sin dejar que nos impacte. ¿Y
si lo que Jesús está enseñando tiene que ver con mi vida? ¿Qué cosa es aquella
que no sirve para nada, ni siquiera para ser usada como abono para la tierra?
¿Y si lo que Jesús dice tiene que ver contigo?
¡Wow!, ¡Sí que es importante saber cuál es la enseñanza que está dando
Jesús!