En la revelación de Dios (la Biblia) encontramos una explicación coherente y consistente, aunque no completa dada nuestras limitaciones, en torno al problema de la existencia del mal; algo que muchos han cuestionado en vista de la existencia de un Dios omnipotente y omnibenevolente. Pero, veamos antes algunas de las “soluciones” propuestas para explicar un tema tan controversial como este.
1. Dios es finito.
Esta postura también ha sido conocida como Teísmo Finito, que plantea un Dios limitado que tiene deficiencias, pero que ha estado mejorando y seguirá mejorando. El problema está en que estaríamos hablando de un Dios que, al no poder controlar el universo, pudiera entonces ser destruido por el mal, de éste seguir avanzando. Esta visión de Dios es contraria a su revelación y de hecho es contraria a la creencia las otras dos religiones monoteístas, el Judaísmo y el Islam.
2. Dios no existe.
La posición ateísta. La dificultad surge en que si Dios no existe, no habría tampoco un dador de la Ley moral. Y si no existe una ley moral, no tenemos un estándar por medio del cual distinguir lo bueno de lo malo. En este caso no podríamos hablar de que existe el mal. Por otro lado, si Dios no existe, el hombre sólo es materia evolucionada. Y entonces en ausencia de la ley moral y siendo el hombre solamente materia evolucionada, tendríamos el mismo valor de las vacas y de las gallinas. ¿Cuál sería el problema con los homicidios y los genocidios? La razón por la que los homicidios y los genocidios representan algo atroz es precisamente porque el hombre posee dignidad humana, pero esa dignidad se la da el hecho de que él lleva impreso la imagen de Dios; de lo contrario no habría diferencia entre la muerte de una gallina y la muerte de un hombre.
3. El mal no existe; es una ilusión.
Esto postulan algunos sistemas religiosos, incluyendo una gran parte del Hinduismo. Los problemas en esta postura son evidentes: si el mal es solamente una ilusión, entonces tú no puedes quejarte del vecino que viola tus derechos, no puedes quejarte contra los dictadores que eliminan vidas humanas, no puedes quejarte contra la persona que viola a tu hija, porque nada de eso existe, todo es una ilusión. Sin embargo, nosotros no vivimos de esa manera. Nos vivimos quejando de todas esas cosas porque entendemos que son reales. Si todo esto es una ilusión entonces a la hora de cruzar la calle ni siquiera debes tener cuidado al cruzarla, porque si el camión te pasa por encima, eso también sería una ilusión y entonces no podríamos hablar de que hubo atropello, sino de que tu creíste que el camión te había pasado por encima. ¿Puedes ver cuan irracional es todo esto?
4. Dios existe y el mal también -pero el mal coopera para un bien mayor.
En cierta forma esto es lo que los cristianos creemos, pero a la hora de vivirlo no siempre lo aplicamos. Lo que la Biblia revela es que Dios hace que el mal coopere para un bien mayor y que el mal será destruido cuando Dios termine su propósito. Nosotros no comprendemos los propósitos de Dios, pero Dios ha revelado claramente que cuando Él permite el mal, o permite el pecado en los hombres, Él tiene un plan de cómo usar esa maldad para que al final resulte en sus propósitos y en su glorificación.
Un texto muy conocido es el texto de Génesis 50:17-20
“Así diréis a José: 'Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal.'" Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró cuando le hablaron. Entonces sus hermanos vinieron también y se postraron delante de él, y dijeron: He aquí, somos tus siervos. Pero José les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservará la vida de mucha gente.”
Los hermanos de José le habían vendido como esclavo, y él termina en una cárcel en Egipto. Sin embargo, través de una serie de circunstancias, José es sacado de la cárcel y pasa a ser la mano derecha de Faraón, liderando la supervivencia de la nación a través de un período de hambruna. En este momento el preserva el bienestar de miles de personas, entre ellos a sus propios hermanos. Ellos lo quisieron para mal, pero Dios lo tornó en bien. Ahí tenemos a Dios usando el mal y las acciones pecaminosas de los hombres para la realización de sus propósitos.
Lo mismo ocurrió en el Nuevo Testamento cuando Dios permitió la crucifixión de su Hijo, como leemos en Hechos 4:27-28 :
“Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera.”.
Sin embargo, un hecho tan pecaminoso como fue la crucifixión de su Hijo terminó en la glorificación de Dios de una manera extraordinaria, resultando también en beneficio del hombre.
Fuente: http://integridadysabiduria.org/
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