Sir Francis Bacon, quien fuera abogado, escritor, filósofo y canciller de Inglaterra en el 1618, escribió:
"Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él."
Esta es una de esas frases que quedan guardadas en la historia y que son consideradas como "célebres".
Cuál fue el motivo que movió a este hombre a escribirla, no lo sabemos. Pero si podemos ver que su intención es mostrar cuán grande hace el perdón a la persona que lo otorga. Incluso lo hace superior a su enemigo, puesto que tal actitud demuestra su grandeza.
Casi todos consideramos el perdón como algo bueno y loable y a la venganza como destructiva. Sin embargo, cuando alguien nos hace daño la reacción humana más natural es devolver el mal con más mal.
Sería una obviedad decir que eso es pecado ya que se sobreentiende. Pero hoy, al hablar acerca de no pagar mal por mal quiero compartirles por qué el no hacerlo es un acto de fe.
En este post veremos la primer parte y en los siguientes completaremos la idea, si Dios así lo permite.
¿Qué nos dice la Biblia?
"No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal." Romanos 12:17-21
Lo primero que salta a la vista en este pasaje es que en sí es un mandamiento importante que nos es necesario obedecer. Al decir "importante" no quiero dar la impresión de que otros mandamientos lo sean menos, sino que es uno que está enseñado a lo largo de toda la Biblia. Observemos
Proverbios 20:22 "No digas: Yo me vengaré; Espera a Jehová, y él te salvará."
Proverbios 24:29 "No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra."
Mateo 5:38, 39 "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra"
Lucas 6:27-36 "Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso."
1 Tesalonicenses 5:15 "Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos."
1 Pedro 2:21-23 "Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente..."
1 Pedro 3:9 "...no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición."
En nuestro texto tenemos un mandamiento con un punto negativo y un punto positivo. El punto negativo es no pagar a nadie mal por mal.
Para empezar, no podemos pasar por alto el énfasis del texto que en el griego se pretende dar. Allí llama la atención a las palabras "a nadie" poniéndolas en el primer lugar de la oración, lo cual hace más enfática la prohibición de una actitud vengativa. El texto dice:: "A NADIE paguéis mal por mal"
Pienso que la razón del mandamiento es porque esta, como dije al principio, será nuestra inclinación natural. Cuando alguien nos hiere nos sentimos inclinados a devolver el mal. El aspecto negativo del mandamiento revela las reacciones pecaminosas del ser humano, las cuales se manifiestan de diferentes maneras:
1- Reacciones interiores: rencor, resentimiento, alegrarnos cuando a la otra persona le va mal, etc.
Esto no siempre sale a la luz delante de otras personas, pero es algo que va carcomiendo por dentro. Es como un cáncer que se va alimentando hasta que termina mostrándose de alguna u otra manera.
2-Reacciones exteriores: insultos, gritos, malas caras, dejar de saludar a la otra persona...
Las reacciones exteriores pueden llegar hasta los golpes e incluso al máximo extremo: asesinato. De echo, ¿No empiezan de esta manera también las guerras? Un mal se paga con otro mal peor, y este con otro peor aún...Y así hasta convertirse en una gran bola de nieve que causa mucha destrucción.
3- Agresiones ocultas: hablar mal de esa persona con otros, hacer correr chismes o calumnias...
Todas estas cosas están incluidas en el mandamiento: a nadie paguéis mal por mal. Algunas formas parecen "menos hipócritas" que otras, pero todas estas cosas son reacciones pecaminosas con las cuales tendremos que luchar si hemos de obedecer la Palabra de Dios.
Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, por lo que a diferencia del resto de la creación poseemos un sentido innato de justicia. Cuando alguien hace daño o comete algún delito sabemos inmediatamente que alguien tiene que hacer algo al respecto.
Pero, este sentido innato de justicia está manchado y distorsionado por el pecado. Es por eso que podemos llegar a ser tan duros con el pecado ajeno pero compasivos cuando es el nuestro. Por este mismo principio minimizamos nuestras ofensas a otros -"¡¿cómo se va a ofender de esa manera?! Bah, ¡no fue para tanto!"... Pero cuando somos nosotros quienes sufrimos la ofensa queremos que se nos haga justicia in-me-dia-ta-men-te.
Esto es tan así que Dios en el A.T tuvo que regular la venganza para que esta no fuera peor que el daño recibido. A eso se refiere cuando la ley dice "ojo por ojo y diente por diente".
Incluso podemos ser tentados a justificar nuestra reacción pecaminosa no haciéndole daño al ofensor, sino sencillamente ignorarlo dejando de hacerle bien, pero el mandamiento que tenemos aquí de ninguna manera significa una actitud pasiva de parte nuestra.
No se nos manda aquí a pasar por alto la ofensa como si nada hubiese pasado. Por el contrario, por ser cristianos se nos manda a tomar una actitud positiva: procurar lo bueno delante de todos los hombres.
Esto es lo que distingue al cristiano. Algunos dicen "no hagas lo que no quieres que te hagan"; la Biblia dice "Haz lo que quisieras que te hagan".
La palabra "procurar" en el griego significa "pensar de antemano, preocuparse por". En otras palabras, nuestra meta debe ser siempre presentar el bien delante de todos los hombres incluso a aquel que nos ha ofendido.
Sin embargo, Pablo ve aquí una dificultad para cumplir el mandamiento. En el v. 18 leemos" Si es posible, en cuanto dependa de vosotros...estad en paz con todos"
Lo primero es "si es posible". Esto es porque no siempre tendremos aceptación de aquel con quien pretendemos arreglar las cosas. Yo puedo decidir perdonar la ofensa y aclarar el asunto pero no tengo control sobre la reacción de la otra persona.
Y ¿Qué si el ofensor no quiere arreglar el asunto? ¿Qué sucede con aquella persona con la cual es imposible vivir en paz? Si Dios no hubiera tenido en cuenta esto, hasta podríamos terminar frustrados por no poder cumplir lo que Él mismo nos está pidiendo aquí. Pero el texto dice "en cuanto dependa de vosotros". Es decir, en los casos que sea imposible, que lo sea por causa de la otra persona y no por nuestra parte. Que "en cuanto dependa de nosotros" hayamos hecho todo lo posible por lograr la paz.
¿Sobre qué base Pablo establece este mandamiento? Sobre la base del amor de Dios hacia nosotros. Romanos, en los capítulos 1 al 11 nos habla del amor de Dios hacia nosotros a través de la obra de Cristo. Y Romanos 12 al 16 muestra el efecto de ese amor en nosotros, mientras amamos a los demás. Este es el contexto amplio de este pasaje bíblico
Romanos 5:8 dice "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
Luego en Romanos 12:1, como introducción a la sección en donde se halla nuestro texto: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."
Éramos enemigos de Dios a causa de nuestros pecados. Ofendíamos a Dios y sin embargo Él nos amó y salvó. Y es en base a esa misericordia que se nos manda a no pagar mal por mal sino a hacerle bien a todos, incluso a quien nos ha herido.
Perder de vista quiénes éramos sin la gracia de Dios hará que el orgullo reine en nuestras relaciones tomando así una actitud vengativa.
Alguien podrá decir: Está bien, entiendo el mandamiento. Pero, ¿Por qué perdonar haciendo el bien es un acto de fe?
La respuesta es: porque tenemos una promesa en la cual podemos confiar
v.19 "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
En la próxima entrada continuaré con esta promesa, para seguir con el tema.
Suficiente es por ahora para que reflexionemos en este pasaje y en por qué perdonar es un acto de fe.
Dios les bendiga grandemente!
Dios le bendiga hno.
ResponderEliminarBendiciones!!
Eliminarme sirvio demaciado estaba llena de ira gracias!!!
ResponderEliminarMe alegra el corazón que así sea! Bendiciones! (a confiar en el Señor!)
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