sábado, 5 de enero de 2013

Cómo la enfermedad ayuda al hombre


Por J. C Ryle

Quizás encuentre sorprendente el hecho de que la enfermedad nos pueda hacer un bien. Muchas personas nunca consideran esto. Ellos ven solo el sufrimiento y el dolor y no ven el bien en ningún sentido. Ahora, estoy de acuerdo que si no existiera el pecado en el mundo, sería imposible que la enfermedad hiciera algún bien a los hombres. No había enfermedad en el mundo perfecto que Dios creó en el principio. Pero Dios en su sabiduría la ha permitido desde la caída del hombre y es tanto una bendición como una maldición. Dios es capaz de usar nuestro dolor y sufrimiento temporales para lograr un bien más alto en nuestra mente, nuestra conciencia y nuestra alma, un bien eterno.



a. La enfermedad nos ayuda a recordar la realidad de la muerte. Muchos hombres viven como si nunca fueran a morir, y no se preparan. La enfermedad les puede recordar acerca su realidad como mortales, para que no lo olviden.

b. La enfermedad ayuda al hombre a pensar seriamente acerca de Dios. Mucha gente, mientras tiene salud, escoge olvidarse de Dios y de su relación con Él. La enfermedad les recuerda que algún día tendrán que enfrentarse con Él.

c. La enfermedad ayuda a cambiar nuestra perspectiva de la vida. Muchas personas nunca piensan en ninguna otra cosa que no sea su propia felicidad en este mundo. Un periodo prolongado de enfermedad puede cambiar su forma de valorar las cosas que antes consideraban como muy importantes. Por ejemplo, el hombre que ama el dinero puede aprender que el dinero no le puede consolar cuando está enfermo.

d. La enfermedad ayuda a humillarnos. Todos somos orgullosos por naturaleza. Buscamos a alguien que podamos criticar y hacer menos. Pero la enfermedad nos muestra nuestra debilidad. Ella viene a los ricos y a los pobres, a los famosos y a los desconocidos, y nos coloca a todos en el mismo nivel.

e. La enfermedad nos ayuda a probar nuestro cristianismo. Nos ayuda a aprender si nuestro cristianismo es real o no, si esta edificado o no sobre un fundamento sólido. Muchas personas no están edificando sobre un fundamento sólido, y un tiempo de enfermedad puede hacerles ver que su “cristianismo” no les trae ningún consuelo en la hora de prueba.

No digo que la enfermedad siempre beneficia a todas las personas en estas maneras. ¡Al contrario! Muchos experimentan la enfermedad, y su subsecuente comportamiento demuestra que no aprendieron nada de ella. Sus corazones están endurecidos y la enfermedad no les hace ningún bien. Pero hay muchas personas a quienes Dios ha hecho que su enfermedad les sea una bendición. Dios la ha usado para hablarles, y conducirles a buscar a Cristo. Entonces, nunca debemos quejarnos de nuestra enfermedad. Si reaccionamos correctamente ante ella, nos puede hacer mucho bien.

Fragmento tomado del libro “Caminado con Dios” de J.C. Ryle


Fuente: verdaderavida.wordpress.com

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