jueves, 3 de mayo de 2012

Fe viva vs Fe muerta

Tiempo atrás, un pastor explicaba por que razón ya no predicaba de la Epístola de Santiago en su iglesia.  Me llamó la atención el hecho de que hubiera tomado tal resolución, por lo que le presté toda mi atención.
Este hombre comentó que una de las razones era que la gran mayoría de las personas que asistían a su iglesia estaban atravesando ciertas dificultades, y cuando venían a las reuniones se mostraban muy desanimados puesto que algunos de esos problemas eran bastante graves.


Si yo predico de Santiago - explicó- que es una carta tan dura y legalista, voy a terminar hiriendo más a esas personas... ¡No puedo cometer tremenda crueldad! ¿Cómo puedo decirles que enfrenten sus problemas con gozo?...


Esto me dejó pensando ya que es un asunto serio... De hecho, este pastor no podría repetir las palabras de Pablo según  Hechos 20:27  "porque no he rehuido anunciaros TODO el consejo de Dios..."

Posiblemente aquel líder no entendía lo que el pasaje dice. Igualmente consideré en ese momento, y lo considero aún, un gran peligro  puesto que enfatizar solo una parte de la Verdad y obviar el resto sólo trae perjuicio. Siempre las medias verdades al final terminan siendo una gran mentira.
De esto hay ya demasiados claros ejemplos en la actualidad que hasta sería una redundancia ilustrarlo. Sin embargo, creo necesario hacerlo aunque sea solo de una manera sencilla y hasta casi superficial. Por ejemplo, si este pastor hablara solamente de la justicia de Dios y obviara totalmente Su amor y gracia posiblemente lo que sus fieles recibirían sería un mensaje que traería desazón y desesperación, ya que no somos perfectos.  Por el contrario, si sobre enfatizara el amor de Dios y obviara totalmente Su justicia, los fieles podrían mal interpretarlo: puesto que Dios es todo amor, entonces podrá tolerar que vivamos una vida licenciosa...
Pero Dios es tanto amor como justicia, no podemos despojarlo de ninguno de sus atributos y cualidades ya que es el todo lo que hace a su persona. De otra manera estaríamos creando una imagen de Dios distorsionada y adecuada a nuestros propios gustos, lo cual es condenado por la Biblia. El mandamiento "no te harás imagen" incluye lo que acabamos de decir.
Conocemos a Dios porque Él tomó la iniciativa y se ha dado a conocer tanto en la revelación natural (la creación y nuestra conciencia)


"Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa."  Romanos 1:20 

Como así también en la revelación especial (la Biblia y  Jesucristo). Y no podemos obviar una parte de su persona que Él quiso y tuvo la intención de darnos a conocer a través de su Palabra.
Posiblemente si este pastor hubiera predicado apoyado en la Epístola de Santiago le hubiera hecho un gran favor a aquella iglesia porque dicha epístola estaba originalmente dirigida a personas que estaban atravesando tremendas dificultades. Y esto, a tal punto, que algunos de ellos habían comenzado a dudar de la Palabra y por consiguiente  habían descuidado su relación con Dios. 

Santiago nos invita a madurar evaluando nuestra fe frente a los desafíos.  Quizá era lo que más necesitaba la iglesia de aquel pastor, ya que las dificultades son reveladoras de la fe que poseemos y nos preparan para cambiar.
Eso me motivó a que en este post echáramos un vistazo general a esta Epístola y con ello compartirles algunas enseñanzas que nos serán útiles a la hora de examinar en qué estado se halla nuestra fe. De paso también, para que no cometamos el mismo error de este hombre.

Lo primero que debemos notar es que la estructura de la epístola  está construida de tal forma que continuamente se contrasta entre una fe viva o verdadera con una fe muerta o falsa.
Me explico con algunos ejemplos:

 Santiago nos dice en el capítulo 1:2-12 que nuestra fe será probada. 

 1:2  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 
 1:3  sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 
1:4  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte   cosa alguna. 
 1:5  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 

¿El propósito de Dios con las pruebas? producir paciencia (perseverancia). Por lo tanto, lejos de enfrentarla con un corazón resentido debemos aceptarlas con gozo. ¡Dios tiene un propósito! No es que el asunto se le escapó de las manos, es que nos quiere mejores! 
Sin embargo, puede suceder que nos falte sabiduría para enfrentar la prueba de esta manera. Entonces, nos invita a pedirle la sabiduría necesaria a Dios.
¿A quien da Dios sabiduría? el cual da A TODOS.
¿De qué manera da? abundantemente y sin reproche La Palabra nos habla de un Dios generoso, podemos confiar en Él.

El problema es que durante las pruebas podemos encontrarnos con ciertas sorpresas. La dificultad también puede revelar que nuestra confianza en Dios no está tan fuerte como nosotros solemos creer. En el versículo 6 y subsiguientes nos habla de alguien que duda al pedir sabiduría a Dios y es de doble ánimo, o como su significado literal lo dice, es una persona "de dos almas".Una mira a Dios, la otra mira otra cosa.  Duda de que Dios puede dar y dará. Titubea, no tiene plena confianza...es inestable. A tal punto que se lo compara con las olas del mar que van y vienen.
Ante la prueba la fe viva producirá perseverancia. Pero la fe muerta producirá frutos totalmente contrarios...

La pregunta que cabría hacernos es ¿Qué producen las pruebas en mí? ¿Cómo reacciona mi fe ante la dificultad? ¿Da mi fe frutos de una fe viva o simplemente tengo apenas  un mero asentimiento mental de la soberanía y providencia de Dios que se derrumba ante los problemas?...
Alguien dijo que la dificultad revela a las personas tal cual son. Y considero que es verdad, y repito que también muestra la clase de fe que esa persona tiene. La reacción a las circunstancias difíciles muestran si mi fe es real o si tengo una reacción carnal. Ambas cosas se contrastan en esta epístola.
Cuando la fe verdadera enfrenta las pruebas produce madurez no así la fe muerta.
La fe incluso se prueba si es viva o muerta cuando se enfrenta a la Palabra de Dios (1:19-27)


1:21  Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 
1:22  Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 
1:23  Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
1:24  Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 
1:25  Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. 

La fe viva tomará la palabra con "mansedumbre"  (v. 21) que literalmente significa "con un espíritu dócil que se deja enseñar".
¿Y la fe vacía? Oidor pero no hacedor... 

La fe viva y la fe muerta se prueban y también son contrastadas por las obras:

 2:14  Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 
2:15  Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 
2:16  y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 
2:17  Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma

Si la fe no produce obras, dice Santiago, es como el cuerpo sin el espíritu... una fe muerta. 
Un maestro lo explicó de la siguiente manera:  Este es el pasaje central de la epístola, el cual enfatiza más que todos, la necesidad de una fe viva. La fe “muerta” (la que no da frutos) no puede salvar (v.14). La cuestión no es si la fe en Cristo puede salvar, el punto es que si alguien dice que tiene fe, pero no lo evidencia con frutos de justicia, entonces el tal no tiene más que una fe “muerta” aunque diga que tiene fe. Así que una fe que no obra, aunque esté relacionada con un credo ortodoxo (v.19) está muerta (v.17). Abraham (2:21-24) y Rahab (2:25-26) son ejemplos de fe viviente porque eligieron obedecer a Dios a pesar del costo.

Evis Carballosa expone en este cuadro un perfecto retrato de la fe viva:

“Cuando la fe es viva”
Se enfrenta a:
Texto
Produce:
Las pruebas
1:2-12
Madurez
La tentación
1:13-18
Firmeza
La Palabra de Dios
1:19-27
Frutos
Las personas
2:1-13
Imparcialidad
La realidad
2:14-26
Obras
La lengua (hablar)
3:1-12
Control
El hombre sabio y de entendimiento
3:13-18
Sabiduría
Al mundo
4:1 – 5:6
Sumisión a Dios
La venida del Señor
5:12-20
Paciencia, vida piadosa


Si estas en medio de dificultades ¿qué fruto está produciendo tu fe? ¿Madurez o duda?
Si estas frente a la tentación ¿Produce tu fe firmeza o estas cediendo al pecado?
Si la Palabra de Dios te confronta ¿Cómo reacciona tu fe? 

Santiago escribe con el propósito de que sus lectores respaldaran con su vida lo que profesaban con sus labios, aún en tiempos de dificultad cuando todo parecía derrumbarse. 
No necesitamos dejar de lado esta Epístola porque parece ponerle más carga a las personas en tiempos de dificultad, mas bien, todo lo contrario, traigamos nuestra fe a la luz de las Escrituras. Examinémonos a nosotros mismos si estamos en la fe que Dios espera de nosotros. 
La prueba es pasajera, pero la fe que tengas determina tu destino en la eternidad.
Una fe verdadera produce obras. Y estas obras honran a Dios en las pruebas, frente a la tentación, frente a la Palabra de Dios y ante toda circunstancia... 


TODA la Escritura es inspirada por Dios y útil... TODA.

3 comentarios:

  1. Amen cuan beneficioso es tener fe, pues nos ayuda a alcanzar la estatura del varon perfecto y cuan edificante es esta enseñanza, Dios le bendiga hermano.

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  2. wooo tremendo, que poderoso versiculo gracias po compartirlo

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