lunes, 9 de julio de 2012

Pobres en espíritu 2- ¿Por qué serlo?



En el post anterior hemos analizado el significado de esta Bienaventuranza.
En esta entrada quiero compartirles el por qué es importante ser pobre en espíritu, ya que es la cualidad esencial de TODO aquel que dice ser cristiano.
Si no tenemos eso, entonces tengamos cuidado, posiblemente no tengamos nada...

Pobres en espíritu, ¿Por qué serlo?


Porque sin ello no hay acceso al Reino de los Cielos

Uno de los errores en los cuales podemos caer al leer la Bienaventuranzas es pensar que cada una de ellas hablan de personas diferentes. Es decir, algunos son pobres en espíritu, otros son mansos, otros tienen hambre y sed de justicia... Pero aquí Jesús no hace referencia a varios sino a una persona: su discípulo o súbdito de su reino.
Me explico,  en estas Bienaventuranzas hay un orden bien definido,  una secuencia espiritual lógica y todas las otras características son, en un sentido, la consecuencia de ser pobres en espíritu.
El pobre en espíritu es quien reconoce su condición delante de Dios, sabe que aparte de Dios está en bancarrota espiritual  y por esto llora:


"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación" (v.4) 

 Ha reconocido su condición delante de Dios, llora por ello, y esto lo vuelve manso:

"Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad." (v.5) 

Manso, hace referencia a una persona que se deja tratar por Dios. Es decir que, porque ha reconocido su deplorable condición (pobre en espíritu) y lo lamenta (llora) esa persona se vuelve dócil y se deja moldear por Dios (manso)... Y es debido a ello que tiene: hambre y sed de justicia. Es decir, ansias y profundos deseos de la justicia de Dios en su propia vida; la santidad práctica.

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados." (v.6)

¿Ves cómo cada una de estas cualidades se complementan una a la otra? ¿y dónde comienza todo? Siendo pobres en espíritu...reconociendo nuestra necesidad, dependiendo absolutamente de Dios y su gracia...
Es tan importante la pobreza en espíritu, que en el texto griego el vocablo "de ellos" es enfático, indicando que el reino es exclusivamente de ellos: "de ellos, y solamente de ellos" 


"Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos (y solamente de ellos) es el reino de los cielos


Otros pasajes dicen que...

"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes". Santiago 4:6

Pedro lo repite, y luego agrega esta exhortación, "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios". 1Pedro 5:5,6

Los discípulos de Cristo, ¡nosotros!, necesariamente tenemos que ser pobres en espíritu. El reino de los cielos les pertenece a ellos, y solamente a ellos...
Parados delante de Dios afloran nuestras debilidades, nuestros yerros, nuestras limitaciones... pobreza en espíritu. Jesús es claro al decir que son ellos los herederos de su reino.

Otra razón:
Porque tenemos que ser pobres en espíritu antes de que podamos ser llenados con el Espíritu Santo


No podremos llenarnos de Dios si permanecemos llenos de nosotros mismos. El discípulo de Cristo hace la voluntad de Dios cuando ha reconocido que Dios es veraz  y que Él no se equivoca. Someter nuestras ideas y conceptos a Su Palabra denota que antes ha habido un reconocimiento de nuestra propia limitación. Esto es algo que no hace la persona orgullosa que confía en sus propias fuerzas y cree que lo sabe todo, a tal punto que no necesita la guía de Dios... Una persona "pobre en espíritu" es todo lo contrario a eso.
Si queremos ser llenados con el Espíritu Santo, ser guiados y capacitados por Él, tendremos que ser pobres en espíritu. Humillarnos delante de Él reconociendo que no podemos apartados de Dios. Admitir nuestra comprensión limitada, nuestra pecaminosidad, nuestras debilidades y correr a ampararnos debajo de su gracia... Un hombre o mujer llenos de sí mismos no pueden ser llenados por el Espíritu Santo.

El incrédulo podrá pensar: bienaventurados los ricos...bienaventurados los orgullosos porque su confianza en sí mismos está intacta... bienaventurados los que no se dejan dominar por nadie ni dependen de nadie porque ellos se impondrán y conquistaran cualquier reino... Nosotros, en cambio, decimos: bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos (y solamente de ellos) es el reino de los cielos. Contrariamente a los valores del mundo, en este reino no entran los que confían en sí mismos sino aquellos que reconociendo su necesidad, dependen sola y absolutamente de la gracia de Dios.



6 comentarios:

  1. Gracias por enseñarme q la pobreza de Espiritu es lo q necesito... gran leccion divina... Bendiciones

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  2. Al contrario,gracias a Dios por tu vida q es evangelio viviente...

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  3. Disculpe hermano,por que tan dificil dejar un comentario?

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    1. Este el sistema de Blogger... ¿en qué te resulta difícil? si en algo puedo ayudarte, con todo gusto.

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  4. o.k. no hay problema. . Dios le siga Bendiciendo. ..y porfavor no deje de seguir iluminandonos con su espiritualidad. .. Dios le guarde...

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